¡Saludos estimados lectores!
Tal y como les había comunicado en el post anterior, el tema de esta semana está dirigido a una
profesión muy peculiar,
una que es muy diferente a las que acostumbramos a observar y aceptar. Les
hablo de aquella que es conocida por ser de las más antiguas del mundo: la prostitución,
la cual no es ejercida únicamente por mujeres. Este tema contará con el testimonio
real de una trabajadora sexual que se involucró en esta actividad, entre otros
motivos, para poder darles de comer a sus tres hijos. ¡Aquí empezamos!
A pesar de ser una problemática social, la sociedad en general ha optado por omitir el tema de la prostitución como parte de su entorno, es como si se quisiera ocultar o prohibir hablar de esta realidad que persiste desde tiempos bíblicos. Más allá de aquello, sabemos que existe como tal pero quizá no la entendemos o conocemos muy bien del todo; es fácil decir o creer que es una labor fácil. Si me detengo a analizar el por qué las personas consideran aquello, puedo justificar que esto se debe a que para ejercer esta actividad no se necesita estudiar, haberse graduado con altas puntuaciones ni mucho menos contar con una maestría, no se requiere invertir en algún material para ganar dinero ni se precisa ser empresario para poder conseguir clientes. ¡Pues qué fácil verdad!, lo complicado del asunto es que el producto –por llamarlo así- que se oferta en esta polémica profesión no es uno que encuentras en un supermercado o en algún banco, pues lo que está a la venta es tu propio cuerpo.
Documental sobre la prostitución de estudiantes de la FACSO
El sociólogo Emilio Carrillo, docente de la Universidad de Guayaquil, explica la situación de la prostitución desde tiempos remotos: "La prostitución sexual se da como un trabajo prácticamente desde que existen registros históricos y en todas las sociedades. Si consideramos por un momento que en algunas sociedades el empleo era solo para los hombres, las mujeres que no contaban con una pareja que generara ingresos para la familia, probablemente no tenía otra forma de acceder a recursos para su subsistencia" y añade que un factor importante por el cual la prostitución se convirtió en un negocio rentable fue que los hombres de cualquier condición civil usaban este servicio.
El sociólogo Emilio Carrillo, docente de la Universidad de Guayaquil, explica la situación de la prostitución desde tiempos remotos: "La prostitución sexual se da como un trabajo prácticamente desde que existen registros históricos y en todas las sociedades. Si consideramos por un momento que en algunas sociedades el empleo era solo para los hombres, las mujeres que no contaban con una pareja que generara ingresos para la familia, probablemente no tenía otra forma de acceder a recursos para su subsistencia" y añade que un factor importante por el cual la prostitución se convirtió en un negocio rentable fue que los hombres de cualquier condición civil usaban este servicio.
Los hombres también se prostituyen
Tal vez ninguno de nosotros nos
hemos puesto a pensar de si existen riesgos en esta labor o qué habrá detrás de
estas personas a las que denominamos prostitutos/as. Más allá de utilizar el cuerpo como mecanismo de ingreso económico, existen casos en donde hay extorsión; hay redes de mafias que obligan a estos individuos, los cuales pueden ser
niños, adolescentes o adultos de cualquier orientación sexual, a vender lo más
valioso y preciado que tienen a cambio de dinero, tratándolos a su vez como esclavos; esto último se considera como trata de blancas. No obstante, hay evidencias de que muchas
personas trabajan voluntariamente, pues saben que ganarán mucho dinero y de una manera más sencilla; no podemos ignorar que la prostitución genera mucho dinero tanto para quienes venden su cuerpo como para los dueños de los establecimientos (cabarets, nigth clubs, burdeles, chongos o como ustedes prefieran) en donde se efectúa la compra-venta de este servicio sexual.
Les recomiendo leer esta publicación que explica el por qué debería sancionarse la prostitución:
Carrillo
asienta que “la trata de blancas no es una decisión de exhibirse a la venta, ni
un trabajo, este es un delito, en el que generalmente se involucra a mujeres,
niños, niñas, a quienes se obligan y explotan sexualmente. Generalmente son
privados de su libertad, separados de su familia, y sometidos a las peores formas
de violencia. La prostitución y la trata de blancas son dos sistemas diferentes
que en algunos lugares pudieran estar ligados”.
Trata de blancas
La prostitución es una profesión desvalorizada
por la sociedad, pues quienes ven esta actividad como un oficio son juzgados;
en muchos países sigue siendo un tabú, pues a pesar de considerarse ilegal
sigue existiendo. Cabe recalcar que en nuestro país, la prostitución está
legalizada y que son mayormente las mujeres las que se adentran a este mundo.
Carrillo opina que “las sociedades tal vez desean que no hubiera personas que se prostituyan, y probablemente quienes se prostituyen quisieran estar haciendo otras cosas, contar con otro tipo de oportunidades, sin embargo las condiciones sociales de desigualdad se sobreponen a los deseos personales y colectivos. Una vez puestas ahí, aun así, el mayor problema ya no es que se prostituyan sino las condiciones a las que están sujetas hacerlo, por exclusión social, moral, económica y política”.
Carrillo opina que “las sociedades tal vez desean que no hubiera personas que se prostituyan, y probablemente quienes se prostituyen quisieran estar haciendo otras cosas, contar con otro tipo de oportunidades, sin embargo las condiciones sociales de desigualdad se sobreponen a los deseos personales y colectivos. Una vez puestas ahí, aun así, el mayor problema ya no es que se prostituyan sino las condiciones a las que están sujetas hacerlo, por exclusión social, moral, económica y política”.
Prostitución infantil
El sociólogo cree también que “la sociedad
históricamente ha visto mal a quienes se dedican a ser trabajadoras sexuales,
la cultura religiosa y moral de las sociedades, no permite que se comprenda la
complejidad de los factores que generan esta actividad. Las trabajadoras
sexuales han representado todo lo que no está bien visto en una cultura que
promueve la monogamia como la única forma de
convivencia ideal para las personas".
Si quieren leer otra opinión, les recomiendo esta:
Testimonio real
Para comprender más de cerca
esta realidad que muchas veces desconocemos, ingresé a un cabaret y convencí a
una 'dama de compañía' -como también se las conoce- de que me ofrezca una
entrevista. Ella se llama Alexandra, no da más detalles sobre su identidad;
tiene 25 años, de los cuales los dos últimos ha vivido en carne propia lo que
significa ser una trabajadora sexual. Debido a su situación económica -factor
que es el común denominador de las prostitutas-, al repentino fallecimiento de
su progenitor, y al abandono de quien fue su pareja y es padre de sus tres hijos, las deudas incrementaron;
no había quién las pagara, no logró conseguir un trabajo habitual, por lo que
no tuvo otra salida -indica- que convertirse en una ramera.
“El acceso al trabajo y la
profesionalización, en cualquier área, requiere de preparación; sin embargo,
inicialmente no se puede decir que alguien se prepara para prostituirse. La
falta de empleo es una condición que obliga a las personas a dedicarse a
cualquier actividad, la deficiencia en el desarrollo de capacidades para
ejercer una actividad de trabajo como resultado de una educación ineficiente
también contribuye a que opten por esto (la prostitución)” son las definiciones
que tiene el sociólogo Carrillo sobre esta profesión considerada un fenómeno
social, pero te aseguro que más que conceptos y teorías te gustará e interesará
leer el testimonio real de Alexandra, quien te hará entender cómo funciona este
mundo que probablemente pocos realmente conocen.
“No creo que haya alguna
mujer que le guste esto porque no es nada sencillo, pero es lo que me permite llevar el pan de cada día
a mis hijos, mi mamá y a mi hermanito que quedó huérfano” es la primera
declaración, un poco tímida, de Alexandra. Es notorio que no se siente a gusto
ni orgullosa de la manera en la que obtiene dinero para mantener a su familia.
Es soltera y vive con su mamá, quien sí conoce la vida que lleva; su progenitora es la que se encarga de “cuidar
a los bebes y de limpiar la casa” me cuenta de a poco, mientras gano su
confianza.
Situación legal de la prostitución en los países del mundo
Verde: La prostitución es legal y regularizada
Azul: La prostitución es legal, pero no es regularizada (prohibido los burdeles)
Rojo: La prostitución es ilegal
La mujer de piel morena y de
cabellos rizados me confiesa que fue una amiga la que le comentó que se dedicara a la
prostitución, puesto que es sustentable. “No había para la comida, luz, agua ni
para el arriendo; eran muchos gastos, estaba entre la espada y la pared. Lo pensé y acepté la
propuesta” explica. Entonces le pregunto
que por qué no buscó un trabajo habitual con un sueldo básico y me contestó que es muy difícil: "Soy graduada y toqué puertas pero aun así nada, entonces opté
por la opción no más fácil sino más rápida” y revela que “incluso teniendo un
trabajo como esos, tengo que esperar 15 días para coger dinero (…) en esas dos
semanas cómo me sustento a mí y a mi
familia; en cambio aquí tienes el dinero a diario, puedo alimentar diariamente
a mi familia”.
Una de mis inquietudes era
de si gana más que un sueldo básico, ella me responde que con este tipo de
empleo a más de ganar más se obtienen muchas facilidades. “Yo me puedo tomar el
tiempo que quiera; ejemplo si gano $500 esta semana, la que viene no trabajo y
me dedico a mi familia y vuelvo la otra semana. Yo elijo mi horario, yo veo
cómo trabajo” admite. Alexandra y yo seguíamos
conversando como si fuésemos conocidos, muy apartados del panorama que se
observa en cualquier burdel.
Hombres reunidos en varias mesas platicando, bebiendo cervezas mientras escuchan, especialmente, canciones de cantinas; están los otros que solicitan el trabajo de las chicas que están disponibles, ambas partes (cliente-vendedora) conversan como si estuviesen llegando a un tipo de acuerdo, como si se tratase de un negocio; y están los que se encuentran dentro de las pequeñas habitaciones recibiendo el placer que compran.
Hombres reunidos en varias mesas platicando, bebiendo cervezas mientras escuchan, especialmente, canciones de cantinas; están los otros que solicitan el trabajo de las chicas que están disponibles, ambas partes (cliente-vendedora) conversan como si estuviesen llegando a un tipo de acuerdo, como si se tratase de un negocio; y están los que se encuentran dentro de las pequeñas habitaciones recibiendo el placer que compran.
Continuando con la charla, interrogo a la morena de 25 años diciéndole que si gana tanto en una sola semana ¿por qué no ahorra ese
dinero hasta cuando ya tenga lo suficiente para invertir en un negocio propio y
así poder huir de la realidad que la atrapa? La respuesta no me convence del todo, pero al fin
y al cabo no estoy en sus zapatos ni soy quién para juzgarla. “Todo eso se me
viene a la mente (la propuesta de mi pregunta), pero pienso en los gastos. Por
ahora tengo que terminar de arreglar mi casa, enlucirla, acomodar ciertas
cosas, pagar demás deudas y después de todo eso tengo pensado salir; incluso
quiero estudiar para dejar esta vida y pienso hacerlo el año que viene” detalla Alexandra con mucha ilusión.
¿Alguna vez pensaste que la
prostitución llegaría a tu vida? Ella empieza a recordar cuando años atrás
llevaba una vida normal y me relata una experiencia: “Una vez cuando estaba en
el colegio, ya sabes cómo es una de traviesa y curiosa, con mis compañeras nos
metimos a un lugar como estos. Me asusté, me sentí mal (…) las mujeres están
como en camal” era lo que decía en ese momento. Ahora, vive la misma situación
que años atrás la horrorizó.
La dama de compañía considera que no le ofende lo que le digan, aunque es cierto que la sociedad influye en lo emocional. “¿Por qué no ayudan o alientan a una persona en vez de estar criticando?” declara la trabajadora sexual, quien cree que Dios es el único que puede juzgarla y sabe que también la puede perdonar.
La dama de compañía considera que no le ofende lo que le digan, aunque es cierto que la sociedad influye en lo emocional. “¿Por qué no ayudan o alientan a una persona en vez de estar criticando?” declara la trabajadora sexual, quien cree que Dios es el único que puede juzgarla y sabe que también la puede perdonar.
Si quieres leer lo que dice
la Biblia referente a este tema, puedes hacerlo en el siguiente link:
http://www.gotquestions.org/Espanol/Biblia-y-prostitucion.html
http://www.gotquestions.org/Espanol/Biblia-y-prostitucion.html
Pensé: ¿Cómo se puede
afrontar una realidad que existe a diario pero que no se la quiere vivir? ¿Es
correcto aferrarse a no huir porque no te conviene? Alexandra me ilustró que
“nadie termina de acostumbrarse nunca, hay que saber sobrellevar esta vida, si
tú te estancas en lamentarte te va a seguir afectando, por eso mejor me pongo a
pensar que al salir de aquí veo a mi familia; eso me alienta” y agrega que si
bien ha llevado su trabajo de manera tranquila, no se ha salvado de
experiencias negativas: “Una vez me tocó un cliente que estaba borracho y
estando dentro del cuarto trató de golpearme porque no me dejé… ya sabes (ella
se refiere a tener sexo anal); pensé en lo peor, me asusté, pero gracias a Dios
controlé la situación”.
Testimonio de Paola, otra trabajadora sexual
Si hay algo que no podía dejar de preguntarle era sobre el
precio, que varía según el lugar y la ciudad. ¿Es realmente justo cobrar $10
para que utilicen tu cuerpo a su antojo? “Al comienzo lo veía mal por 10 dólares, yo tenía mi novio que me sustentaba
(…) y de coger tanto a coger poco como que no me parecía, pero aprendí que no
hay que verlo en cantidad de dinero, porque hay que fijarse en que llegan
muchos clientes, así ganas más; además depende de la actitud que tengas con
ellos” afirma Alexandra.
A medida que pasaban los
minutos de esta entrevista, sentía que Alexandra había llegado a mi ser, sabía que no
olvidaría nunca nuestra conversación, pero mientras todas esas sensaciones se mezclaban, a la vez nacía una inquietud mía por saber lo que le deparará el destino, si en
algún momento lograría ser feliz con una pareja que la ayude a estabilizarse
económica y emocionalmente; además pensaba en sus retoños… ¿Cómo serían sus reacciones si algún día se enteran de que
su madre se acostaba diariamente con más de media docena de hombres para poder sobrevivir? “Tendrán
que entenderme porque esta fue la única forma que yo vi para sacarlos adelante;
tendrán que perdonarme porque gracias a este trabajo les llegó el pan a sus
bocas y pudieron educarse” manifiesta. Al instante me dice muy convencida y emocionada que “sea lo que sea que
ellos escojan en sus vida siempre estaré ahí apoyándolos en todo”.
Le pregunté al maestro de
Sociología de la Estatal sobre qué actitudes tomarían los hijos de estas
trabajadoras sexuales si se enteraran al crecer, el respondió lo siguiente: “Esto depende de los significados
que el niño o el joven desarrolló de su madre, y de su vida. Ser diferente o
reflejar condiciones económicas, familiares, personales consideradas no
normales, o no comunes, pueden dificultar la integración en la sociedad. Sin
embargo, a criterio personal, considero que lo que más afecta a la integración
de la sociedad son las condiciones económicas, de violencia y exclusión en las
que viven y se desarrollan estos niños, niñas adolescentes con sus familias. Es
necesario, por otro lado, que se cuente con ayuda profesional para facilitar estos
procesos de comunicación e identificación personal y social".
En cuanto a las relaciones
conyugales, Alexandra piensa que está bien sola y si algún día llegase a tener
un novio “trataría de que no lo descubre porque es difícil entender mi
profesión”. Al hablar de sentimientos se sincera y dice lo siguiente: “Yo creo
que uno debe enamorarse con la cabeza, ya me enamore una vez (producto de
aquello) tengo tres hijos. Ahora veo con quién voy a meterme y si tengo pareja
y sigo metida en esta vida, estoy sola que es mejor. Lo que uno más recibe aquí es el manoseo de los hombres, por falta
de uno no me voy a morir; si encuentro una pareja debe ser alguien que me
entienda y apoye en lo económico y así salir, buscar otro trabajo”.
Al despedirme de este
agradable personaje, ella me recalca que su trabajo no la hace feliz. Aprovecho para darle unos cuantos consejos y desearle que logre superar esta fase complicada de su vida; antes de marcharme le digo que envíe un mensaje para ustedes, mis lectores: “No hay que juzgar a las personas
como yo, esta no es la vida alegre o fácil como dicen, de eso no tiene nada (…)
deberían buscar la forma de generar más trabajo para que ya no haya más chicas
en estos lugares”.
Así culmina esta publicación,
espero les haya gustado y que les haya
sido útil como información. Quiero manifestar que mi intención con esta publicación no es justificar la labor que realizan algunas mujeres, más bien es poder mostrarles un poco más de cerca esta realidad para que puedan tener un mejor criterio a la hora de juzgar. Gracias por sus comentarios, espero poder leer más en
esta ocasión. Cuéntenme qué piensan de la prostitución, si les impactó la
historia de Alexandra, qué comentarios tienen de esta madre (recuerden que este
domingo celebramos a quienes nos dieron la vida).
Debido
a mi ingreso a clases a la universidad, probablemente no publique todas las
semanas, así que trataré de hacerlo, al menos, tres o dos veces al mes. Los días de
publicación serán los VIERNES, generalmente en la noche.
COMUNICADO IMPORTANTE
¡Feliz
día para todas nuestras madres! ¡Hasta la próxima!












A que chongo fuiste?
ResponderBorrarQue tal, siento no poder ayudarte con ese dato porque no me sé el nombre.
ResponderBorrarEstas en la universidad o recién saliste de bachillerato?
ResponderBorrarSaludos, ingreso a segundo semestre.
BorrarQue profesión estudias?
BorrarBuen trabajo el que haces :)
Muchas gracias por tu apreciación. Estudio la maravillosa profesión Comunicación Social
BorrarNota: No había observado tu respuesta, no olvides leer las demás entradas ;)
Excelente trabajo, sigue así :D
ResponderBorrarMuy interesante el testimonio, y más que nada la anécdota :)
Hola Melissa, gracias por comentar. Realmente fue una buena experiencia entrevistar a Alexandra.
BorrarTe felicito Ever, estaré al pendiente de tus crónicas. Olle fuese bueno que hagas una del Club de Periodismo. Ya a todos nos conoces
BorrarGracias Ricardo, ya muy pronto retomaré el blog. Pensaré en tu idea
Borrar